¿Nuevas derechas? ¡Fascismo!

La Editorial

Existen dos fenómenos que suelen aparecer analizados por separado pero que no se toman analíticamente como una unidad. El primer hecho es crecimiento exponencial de los habitantes de nuestro planeta. El otro es la cada vez mayor incidencia de la tecnología en la actividad económica, que se ha incrementado vertiginosamente con la digitalización y hoy se discute desde muchos puntos de vista, la aparición de la inteligencia artificial.

El corolario se desprende solo: la población mundial y la ocupación en la economía son inversamente proporcionales. En cifras estimadas y dadas a modo ilustrativo, por ejemplo, a principios del siglo XX la población mundial era de aproximadamente 1 650 000 000 de seres humanos. Por otro lado la fábrica de Henry Ford “en 1922, para fabricar los casi 4.000 autos que fabricaba por día empleaba apenas 50.000 obreros en vez de los 200.000 que hubiera necesitado si hubiera mantenido la organización que tenían sus fábricas cuando iniciaron su actividad.»

¿Cómo evolucionaron las cifras? En 2020 los habitantes eran 7 800 124 000 y por otro lado la fábrica Toyota de Argentina “Con una jornada laboral dividida en tres turnos que suman alrededor de 6500 operarios”

A esta verdadera bomba de tiempo para la que no aparecen, no digamos soluciones, ni siquiera una preocupación, se le suman las emigraciones, tanto de los países pobres hacia los desarrollados, como de las provincias hacia las urbes.

¿Quién le da una mísera esperanza a esa masa desahuciada? ¿Suponemos que es suficiente la verborrea hipócrita e inútil de los organismos internacionales? ¿Las promesas ajadas y deslucidas de los partidos burgueses? ¿De una izquierda desorientada y mimetizada con la democracia burguesa, aplastada y aturdida por los escombros del Muro de Berlín? ¿Las religiones, convertidas en verdaderos emporios económicos, pegadas a los poderes que cortan el bacalao?

Entonces hacen su aparición propuestas que suman mística delirante, discursos rupturistas con el sistema. Y entonces aparecen reflexiones como la de un futuro –en ese momento- votante del actual presidente: “Ya probamos con todos y no hicieron nada, quién te dice que por ahí un loco arregla este quilombo”

En siglo XX cuando el fascismo y el nazismo hicieron su aparición tuvieron la gran barrera de los comunistas, tanto a nivel estatal como partidos en el mundo. Hoy los comunistas no son más aquel fantasma que recorría el mundo, según el Manifiesto; hoy son un patético espectro aplastado por su propia impotencia. Entonces aparece aquella angustiada pregunta de los protegidos del antihéroe mejicano… ¡Oh! Y ahora… ¿Quién podrá defendernos?

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